Desde que internet llegó para quedarse si algo abunda es la información. El problema es que a veces estamos bombardeados por tanta información que acaba por confundirnos. Seguramente has leído sobre los Alfahidroxiácidos y te preguntas si debes incluirlos en tu rutina de cuidado de la piel. En este post te cuento de forma sencilla lo que son, cómo actúan y sus beneficios para que sepas lo que pueden hacer por ti y si tu piel los necesita. Y como el que avisa no es traidor, te advierto que si lees hasta el final tal vez acabo creándote una necesidad.
¿Qué son los Alfahidroxiácidos?
Este nombre engloba a una familia de ácidos con características similares. El miembro más conocido de esta familia es el Ácido Glicólico, el más utilizado. El Ácido Láctico, el Ácido Tartárico, que proviene de la uva, el Ácido Cítrico , proveniente de las frutas cítricas y el Ácido Málico, derivado de la manzana, también pertenecen a este grupo. Cuando se dice que una crema lleva ácidos de frutas se refieren a este grupo de activos por su procedencia.
¿Qué función tienen los Alfahidroxiácidos?
Son transformadores de la epidermis, la capa externa de la piel. La epidermis está dividida en varias capas o estratos. Las capas inferiores están formadas por células vivas, germinativas, que van muriendo a medida que ascienden. La capa exterior es el estrato córneo, formado por células muertas que se van descamando. El proceso de renovación epidérmico en condiciones normales dura unos 28 días, que es el tiempo que debe pasar desde que se genera una célula en la capa más interna de la epidermis hasta que se desprende en el estrato córneo. En el post /utiliza-un-producto-adecuado-en-tu-rutina-de-limpieza-facial te cuento con más detalle cómo es este ciclo.
A medida que cumplimos años o si hemos maltratado la piel por exceso de sol, la renovación se ralentiza. Por lo tanto, hay más proporción de estrato córneo que de células vivas. La piel presenta un aspecto más apagado, sin luminosidad y menos flexible.
Los Alfahidroxiácidos hacen una exfoliación química, más o menos intensa en función de su concentración y por lo tanto el efecto en la luminosidad cutánea va a ser inmediato. También al reducir el grosor de la capa externa se notan menos las arrugas superficiales.
Durante mucho tiempo se creía que esos eran sus únicos beneficios pero ahora se sabe que también aumenta el grosor de las capas epidérmicas con células vivas y por lo tanto la piel recupera visiblemente su textura. A largo plazo también tienen efecto hidratante, porque recuperan la capacidad que tienen las células por si mismas de retener agua.
¿Para quien son los Alfahidroxiácidos?
1-Para personas que quieren una mejora rápida en la luminosidad de su piel
2-Para pieles que han estado excesivamente expuestas a la radiación solar y por tanto como defensa a esta agresión están engrosadas, acartonadas.
3-Para quien quiere disimular arrugas finas, superficiales
4-Para quien desea una mejora en la textura de su piel
5-Para pieles maduras que ya tengan ralentizado el proceso de renovación epidérmica
6-Como complemento a los activos despigmentantes, para reducir o eliminar manchas.
7-Para personas que buscan un efecto alisado o reducir imperfecciones de acné.
8-Para quien busca un efecto antiedad rápido
¿Cómo debo introducir los Alfahidroxiácidos en mi rutina?
Preferiblemente por la noche y siempre hay que utilizar protección solar a la mañana siguiente y acordarse de reaplicarla a lo largo del día.
Se aconseja empezar por concentraciones bajas e ir aumentando poco a poco.
Se puede notar picor en el momento de la aplicación debido a su naturaleza ácida. Nuestra piel presenta un pH aproximado de 5,5 y las presentaciones que contienen estos activos normalmente tienen pH alrededor de 3 o incluso menos, que es cuando son más efectivos. Existen en el mercado fórmulas cosméticas que compensan esta acidez.
La piel no se acostumbra al picor con el tiempo, como si ocurre con los retinoides. Si el escozor resulta insoportable, incluso a concentraciones bajas, no remite después de un rato después de aplicarlos y tu piel no los tolera o reacciona mal, estos activos no son para ti. ¿Significa eso que debes renunciar a sus beneficios? Por suerte no.
Los primos mayores de los Alfahidroxiácidos son los Polihidroxiácidos. A este grupo de moléculas pertenece la Gluconolactona. Son moléculas más grandes, por tanto con menor penetración y menos irritantes. Tardan más tiempo en lograr sus beneficios pero también son efectivos.
Por tanto, a una persona con piel resistente yo le recomiendo el activo más “cañero” el Ácido Glicólico y para piel sensible la Gluconolactona. Y siempre insisto en que la protección solar no es negociable.
Espero que este post sobre estos activos transformadores epidérmicos te haya resultado útil y te haya aportado algo de luz en todo el maremagnum de información que existe sobre ellos. Si tienes alguna duda o quieres saber algo más, pregunta lo que quieras en comentarios.
Rosa